CLAVES PARA LOS ESTUDIANTES DE DERECHO QUE EMPIEZAN
- Luis Enrique Ondo
- 4 sept 2023
- 5 Min. de lectura
9+1 CLAVES PARA LOS ESTUDIANTES DE DERECHO QUE EMPIEZAN
Qué duda cabe de que septiembre, el mes del “embarque” es, en muchos casos, la apertura a un nuevo horizonte, nuevos proyectos profesionales, personales y académicos. Y Será precisamente ese último grupo, el académico, el que ocupará las siguientes líneas como es de ver en el título del presente artículo.
Vaya por delante que, por circunstancia de la producción, me dirigiré especialmente a los estudiantes de Derecho que ahora arrancan los estudios. Si bien lo anterior se debe a que el Derecho ha sido la carrera que me ha tocado en suerte, debo indicar en este punto lo siguiente: esa delimitación apriorística de los destinatarios no puede ni debe dibujar una línea invalidante de plano para los también estudiantes que se inician en otras ciencias y saberes, antes al contrario. La invitación para aplicar, en su caso, las claves que así se exponen, se extiende también a todos ellos.
Quienes hemos sido estudiantes y claro es que seguimos siéndolo en la medida en que las profundas aguas de lo jurídico dan para más de una vida, a buen seguro hemos heredado y aplicado consejos, trucos y claves que muchos otros antes que nosotros con total y absoluta generosidad nos han endosado.
Como todos ellos entonces, y yo ahora, aportaré desde lo que me ha ofrecido la experiencia universitaria, concretamente en los primeros años, algunas conclusiones que- a modo de claves- juzgo útiles y de interés (sin pretensión ni ánimo de exhaustividad y/o númerus clausus) para vivir y sobrevivir con cierta satisfacción a la intensidad y placer de cuatro años largos de carrera.
Aquí van a continuación, por tanto, las 9+1 claves:
1º.- Entusiasmo e ilusión
Tarde o temprano, pero mejor temprano que muy tarde, esto, el Derecho, te deberá gustar.
Y ese gusto al que me referimos, debe trascender del fin puramente utilitarista que uno se ha proyecto en su futuro profesional para con el Derecho. Me refiero, claro es, a tener pasión por el Derecho. Esa energía psíquica interior (inexplicable) que, por lo demás, será la fuerza motriz para sobreponerse ante situaciones de abatimiento, mala fortuna en las evaluaciones, entre otras circunstancias personales.
Por lo tanto, deberá constituirse una base suficientemente sólida a todo riesgo, contra las sacudidas y embates que pudieran acaecer ante situaciones adversas, y para ello, se hace inexcusable un cierto grado de ilusión y entusiasmo.
2º- Paciencia: “El proceso es de cristalización progresiva”
Esa frase- acuñada por el Tribunal Supremo Español- y contextualizada a lo que aquí nos ocupa, vendría a significar de alguna manera que las cosas van cogiendo forma a medida que se avanza en el tiempo. Esto es, que todo tiene un cauce y un ritmo.
En estricta relación con la clave primera, ciertamente no podemos desconocer que todo estudiante no se ha embarcado en el Derecho por amor al arte; ríos de circunstancias familiares y personales le han conducido hasta ahí. Por tanto, atemperado a lo anteriormente expuesto, es justo apuntar tranquilidad de muchos que la ilusión y entusiasmo que deben presidir el camino, así como el estudio, esfuerzo y dedicación mínimamente exigibles, se alcanzan con la debida constancia y paciencia en la ejecución.
3º- Cultivar una actitud proactiva y hábitos de lectura sólidos
El profesorado impartirá las sesiones con base en un plan preestablecido y con unos objetivos definidos por los departamentos en los que esté inserta la asignatura del caso, siendo así que la mayor y mejor forma de advertir y llamar a la atención del estudiante de que en modo alguno lo dicho, explicado y visto en el aula marca un punto final, lo es la ingente bibliografía, jurisprudencia y demás material de apoyo a consultar por el alumnado.
Esto es, la universidad ofrecerá un suelo, y es el propio estudiante quien deberá edificar a partir de este, abandonando así el papel de mero agente pasivo para asumir un rol actor ampliando la materia de estudio mediante la lectura y la investigación.
4º- Abandonar el “sólo Derecho”
Esta clave no precisa de mayor detenimiento por resultar literosuficiente.
El estudiante de Derecho debe imperiosamente nutrirse de otros conocimientos extrajurídicos. Ad exemplum, Historia, literatura, filosofía, economía-empresariales, psicología, etc., por ser sumamente útiles y necesarios además de constituirse en vehículo complementario en muchos casos para la debida comprensión de lo estrictamente jurídico.
De lo anterior, se sigue también la necesaria adquisición de habilidades comunicativas, la oratoria y técnicas de argumentación, desarrollar un pensamiento crítico, el liderazgo, gestión y el trabajo en equipo, entre otros.
5º- Conocer el foro: “4 años es tiempo más que suficiente como para saber quién preside, por ejemplo, el Tribunal Supremo”.
Sabido por todos que el derecho precisa de aplicación práctica, y que con carácter general esa labor descansa en manos de los operadores jurídicos (Judicatura, Fiscales, Abogados, Notarios, Registradores, Letrados de la Administración de Justicia, Procuradores de los Tribunales, Abogados del Estado, Inspectores de Hacienda, de Trabajo etc.), así como los académicos y autores de la doctrina científica en su concreto ámbito, resulta de interés que el estudiante de Derecho vaya poniendo rostro a esos profesionales que son una referencia en su área y por ello atesoran un gran prestigio profesional.
Asimismo, aprovechar la ocasión para acercarse a semanarios, juicios, coloquios o conferencias en los que aquellos intervengan; explorar los diversos blogs jurídicos especializados para con todo ello, ir tomando contacto de forma paulatina con la profesión jurídica a la que se aspira.
6º.- Tener consciencia del factor de la internacionalización. “El Derecho es local pero se ejerce en un ámbito global”.
Creo firmemente que la idea de “Aldea global” debe llevar al estudiante a interesarse por el derecho comparado y a informarse sobre la práctica en otras jurisdicciones como un factor adicional más de enriquecimiento.
7º.- Idiomas
El buen manejo de idiomas se ha revelado altamente efectivo como factor que puede decantar y efectivamente decanta la balanza a favor de uno y en detrimento de otro postulante en la carrera hacia el mercado laboral. De suerte que ahora, con la entrada en la universidad, se ofrece y sirve en bandeja una oportunidad para paralelamente a la faceta académica, consolidar el conocimiento en idiomas.
8º.- Actualidad. Estar al día de los acontecimientos con trascendencia social y jurídica nacional e internacional.
El jurista debe ser una persona de su tiempo, y como tal, el estudiante de Derecho, jurista en pura potencia, también.
9º.- Estar a la vanguardia de las nuevas trasformaciones y herramientas digitales
La disrupción digital no debe provocar en el estudiante un estado de obsolescencia funcional ante la perspectiva puesta en la empleabilidad futura, por haber dejado en cierta forma “desierto el recurso” y perder las oportunidades por incomparecencia, y
10º.- Vivir: “buscar tiempo y espacio para eso otro que tanto te gusta hacer”.
Con todo, y esperando que alguna de las claves relacionadas pueda resultar de interés, tan solo resta desearos a todos mucho ánimo y suerte.
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